Como Tú quieras

Festividad del Beato Ruper Mayer. Jesuita alemán. Os pongo aquí una de las oraciones que más me ha ayudado en mi vida de fe. La rezo de vez en cuando porque me ayuda a sentir que todo depende de Dios y todo depende de mi.

Señor, como Tú lo quieras, así ocurrirá.

Y como Tú lo quieras, así también lo desearé yo.

Ayúdame a entender de verdad tu voluntad.

Señor, lo que Tú quieras, eso es lo que escogeré.

Y lo que Tú quieras, esa es mi ganancia.

Me basta y me es suficiente saber que soy todo tuyo.

Señor, porque Tú lo quieres, por eso mismo eso es bueno.

Y porque Tú lo quieres, por eso tengo ánimos.

Mi corazón descansa en tus manos.

Señor, cuando Tú lo quieras, ese será el momento adecuado.

Y cuando Tú lo quieres, yo estoy dispuesto. 

Hoy y en toda la eternidad.

Los SANTOS...

Hoy es un día especial en la Iglesia. Es el día de todos los santos. Esas personas que a lo largo de la historia se han caracterizado por fiarse plenamente de Dios. Supieron cambiar el sujeto de sus vidas. Pasaron de ser ellos los que tomaban la iniciativa, para ser Dios quién pasa a ser el centro.

Me impresiona como muchos de los santos y santas de nuestro mundo han vivido épocas de oscuridad y desierto. Momentos de la vida donde no sentían a Dios cerca, pero aún así, se mantenían firmes en la fe. Esos momentos de tiniebla, desamparo y soledad. Momentos de desolación.

Y sin embargo, no dejan de creer. De ponerse delante de su pobreza para encontrar en ella la fuerza de Dios que siempre está "con nosotros".

Los santos, los "oficiales" o los sin nombre, cantan a la vida con el deseo de encontrarse con el Señor de todo y de todos.

Siento que hoy, podemos cantar con ellos ese mantra que repetimos muchas veces en nuestras oraciones, "siento tu llamada y confío en tí".

TODO LO VIVIDO

Hace mucho que no escribo aquí. Creo que es el dichoso tiempo (recuerdo que dichoso significa feliz, alegre...) que no deja espacio para dedicarme a otras cosas. Pero hoy, sentado frente a la mesa de mi despacho, se me despierta el deseo.

Un rato para agradecer a Dios lo que vivo. En medio de tanto jaleo social, de tanto dolor ajeno, de tanto "deberíamos", me encuentro con el Señor dando gracias. Gracias por lo que me permite vivir, por la suerte de trabajar en algo que me gusta, de estar en medio de tantas personas... agradezco cada soplo de vida y cada gesto de ternura.

Hace tan solo unos días estaba celebrando y disfrutando de uno de los momentos más especiales en mi vida de creyente y de jesuita. La ordenación de diáconos y de cura de unos amigos y compañeros jesuitas. Son esas cosas las que sirven para mirarse por dentro y decirse: "yo quiero ser como estos". Estar dispuesto, ser agradecido porque entrego la vida, generoso con los que me rodean, entregados en la misión y en la tarea...

Hoy solo resuena una palabra: GRACIAS!!!

Celebrando la PASCUA

Hacia mucho tiempo que no me tocaba una experiencia de estas. Los últimos años han sido de dar ejercicios, de acompañar a gente adulta, de estar en nuestra parroquia pocera celebrando la Semana Santa con la gente del barrio...
Este año es distinto. Tocaba otra cosa. La primera impresión, ¡estar desbordados! Sacamos la lista y van y se apuntan más de setenta chavales para celebrar la PASCUA.
Un poco de miedo cuando todo esto comenzó. Tremendo. Pero ahora, de vuelta en casa, como que me falta gente. Hemos estado allí más de ochenta personas, unos buscando, otro celebrando, otros haciendo lo que podían...y Dios a lo suyo. Tocando corazones, animando, silenciosamente acompañando, mostrándose a veces ocultándose otras tantas... pero algo ha sucedido. Algo ha pasado. Parece mentira.
Recordaba estos días la experiencia de Ignacio de Loyola. La cosa es ponerse a tiro, y si uno se pone, lo más seguro, es que sea alcanzado. No tenemos ni dea del fruto de todo esto. Lo que sí sabemos, es que necesitamos tiempo para seguir viviendo, para seguirLE la pista a este Dios que sigue moviendo a la gente...
Y al llegar, entre estar des-ubicado, con más sueño que una marmota, voy y me encuentro con esta frase: "Gentes que cuando rezan, aman, y amando, dan algo de luz a los rincones sombríos del mundo". Ojalá mucho de lo que hemos vivido en Nazaret, en la Pascua, sirva para iluminar los rincones del mundo. Un mundo que se concreta hoy, en Valencia, en las Escuelas San José, en los pasillos, en los patios, en las aulas...

A Sudán

Que suerte la nuestra!!! hemos tenido estos días por Valencia, a Javi, un compañero y amigo jesuita. Nos ha estado contando su vida, su vocación, y su paso por Sudán, tierra de Misión. No hay otra, para seguir al Señor, hay que moverse y desistalarse, dar pasos pequeños y grandes... para encontrarse con Él en sus gentes.