miércoles, 28 de marzo de 2012

TODO LO VIVIDO

Hace mucho que no escribo aquí. Creo que es el dichoso tiempo (recuerdo que dichoso significa feliz, alegre...) que no deja espacio para dedicarme a otras cosas. Pero hoy, sentado frente a la mesa de mi despacho, se me despierta el deseo.

Un rato para agradecer a Dios lo que vivo. En medio de tanto jaleo social, de tanto dolor ajeno, de tanto "deberíamos", me encuentro con el Señor dando gracias. Gracias por lo que me permite vivir, por la suerte de trabajar en algo que me gusta, de estar en medio de tantas personas... agradezco cada soplo de vida y cada gesto de ternura.

Hace tan solo unos días estaba celebrando y disfrutando de uno de los momentos más especiales en mi vida de creyente y de jesuita. La ordenación de diáconos y de cura de unos amigos y compañeros jesuitas. Son esas cosas las que sirven para mirarse por dentro y decirse: "yo quiero ser como estos". Estar dispuesto, ser agradecido porque entrego la vida, generoso con los que me rodean, entregados en la misión y en la tarea...

Hoy solo resuena una palabra: GRACIAS!!!